Se trata de una técnica indolora y no invasiva, pensada especialmente para tratar los cúmulos grasos que resultan persistentes pese a llevar una dieta equilibrada y a realizar el suficiente ejercico.
La cavitación recurre a los ultrasonidos de baja frecuencia para actuar, por medio de aparatología específica, en aquellas zonas donde el tejido adiposo resulta excesivo y aparece la celulitis.